miércoles, 27 de febrero de 2013

20 años de vida

20 años de vida by Alejandro Bonilla
20 años de vida, a photo by Alejandro Bonilla on Flickr.

20 años de vida

El perrito de Calle Dieciocho, veterano de 1000 batallas, 20 años a cuestas, millones de historias por contar cuando llegue al cielo, acompañado de sus amigos el gato y otro pekinés...

martes, 26 de febrero de 2013

Agencia Necropolis

Agencia Necropolis by Alejandro Bonilla
Agencia Necropolis, a photo by Alejandro Bonilla on Flickr.

Agencia Necrópolis
Cementerios, casas encantadas, abandonadas, iglesias...

Biografía
La puerta de Hades.




En el limite de los vivos y los muertos, muchas historias se cruzan, muchos hechos ocurren y muchas mas que no vemos, historias controvertidas y algunas polémicas, todas las precauciones son pocas si no queremos distorsionar la realidad y la realidad es que los fantasmas si existen.




Dejan sus huellas desde mundos paralelos algunos se han podido fotografiar otro escuchar otros dejan tragicas secuelas en los testigos, y otros finalmente son acontecimientos muy especiales.




Nosotros aqui mesclaremos algo de fotografia y algo de literatura, buscaremos en lo posible los hechos y se los dejaremos para que usted saque sus propias conclusiones.




Acompañenos a recorres cementerios, iglesias y casas encantadas..... Sera una experiencia interesante.




Administradores
Catalina Schopf-Alejandro Bonilla

Puedes visitar nuestra pagina acá www.facebook.com/pages/Agencia-Necr%C3%B3polis/1284490373...

lunes, 25 de febrero de 2013

viernes, 22 de febrero de 2013

jueves, 21 de febrero de 2013

Cementerio Bajos de Mena, Puente Alto, Santiago de Chile.

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martes, 19 de febrero de 2013

Hospital Carolina Doursther

San José de Maipo, en medio de un bello paraje, se encuentra el ex sanatorio que por estos días cumplió 90 años. En 1919, una mujer llamada Carolina Doursther mandó a construir un centro que fuera capaz de recibir de manera exclusiva a pacientes aquejados por infecciones pulmonares. En aquellos años fue denominada Casa de Salud de Mujeres Carolina Doursther. Entre las características del lugar, destacaba su buena ubicación en plena cordillera y a 1.090 metros de altura. Allí se garantizaba un buen entorno, de aire seco y que constituían la base clínica para brindar un tratamiento a pacientes afectados por esta enfermedad, que en su tiempo fue considerada una pandemia. Según cuentan los libros de la época, Carolina Doursther, construyó la casona en San José de Maipo, con la idea de sobrellevar su propia enfermedad pulmonar y tras percatarse además de la ausencia de recintos de estas características en Chile. Con el tiempo la mujer salió adelante con su dolencia gracias al beneficio que le provocó el clima de aquella zona cordillerana de la Región Metropolitana. Carolina Doursther consignó en su testamento la donación de dicha casa y todo el predio aledaño. Al momento de su muerte fue su hijo, Juan Enrique Tocornal, quien materializó el gesto de la mujer al entregar la elegante casona a la Honorable Junta de Beneficencia de Santiago, en 1911. De esta forma nace el primer sanatorio para tuberculosos, inaugurado el 28 de septiembre de 1919 a cargo del doctor Antonio Vega Macher. La estadía en alguna de sus 35 habitaciones habilitadas, tenía un valor de 15 pesos diarios y los extras se cobraban a precio de costo. Así, por ejemplo, un jugo doble valía setenta centavos. Estos documentos, instrumentales y mobiliario han sido custodiados celosamente por casi un siglo en el Hospital de San José de Maipo y hoy están protegidos mediante un programa de la Unidad de Patrimonio Cultural e Histórico del Ministerio de Salud. En 1944 la Junta de Beneficencia hizo entrega del inmueble al Servicio Médico Nacional de Empleados (Sermena) el que construyó el resto de los edificios que se encuentran en el terreno del sanatorio y lo administró hasta que pasó a formar parte del Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente en 1979, año en que se estableció su nuevo destino como centro hospitalario. Con los años, el ex sanatorio fue creciendo hasta convertirse en un complejo asistencial conformado por de tres edificios: la Casa de Salud, Pabellón Central y Pabellón Roosevelt, en la parte alta del pueblo; Hospital de Agudos y Sanatorio Laennec en el plan, alcanzando una dotación de 250 personas y una capacidad total de 220 camas para dar atención de primer nivel a niños y adultos. El 2004 la Casa de Salud fue declarada Monumento Histórico por el gobierno, preservando así para la memoria de la salud pública un legado único e invaluable.

Hospital Carolina Doursther

San José de Maipo, en medio de un bello paraje, se encuentra el ex sanatorio que por estos días cumplió 90 años. En 1919, una mujer llamada Carolina Doursther mandó a construir un centro que fuera capaz de recibir de manera exclusiva a pacientes aquejados por infecciones pulmonares. En aquellos años fue denominada Casa de Salud de Mujeres Carolina Doursther. Entre las características del lugar, destacaba su buena ubicación en plena cordillera y a 1.090 metros de altura. Allí se garantizaba un buen entorno, de aire seco y que constituían la base clínica para brindar un tratamiento a pacientes afectados por esta enfermedad, que en su tiempo fue considerada una pandemia. Según cuentan los libros de la época, Carolina Doursther, construyó la casona en San José de Maipo, con la idea de sobrellevar su propia enfermedad pulmonar y tras percatarse además de la ausencia de recintos de estas características en Chile. Con el tiempo la mujer salió adelante con su dolencia gracias al beneficio que le provocó el clima de aquella zona cordillerana de la Región Metropolitana. Carolina Doursther consignó en su testamento la donación de dicha casa y todo el predio aledaño. Al momento de su muerte fue su hijo, Juan Enrique Tocornal, quien materializó el gesto de la mujer al entregar la elegante casona a la Honorable Junta de Beneficencia de Santiago, en 1911. De esta forma nace el primer sanatorio para tuberculosos, inaugurado el 28 de septiembre de 1919 a cargo del doctor Antonio Vega Macher. La estadía en alguna de sus 35 habitaciones habilitadas, tenía un valor de 15 pesos diarios y los extras se cobraban a precio de costo. Así, por ejemplo, un jugo doble valía setenta centavos. Estos documentos, instrumentales y mobiliario han sido custodiados celosamente por casi un siglo en el Hospital de San José de Maipo y hoy están protegidos mediante un programa de la Unidad de Patrimonio Cultural e Histórico del Ministerio de Salud. En 1944 la Junta de Beneficencia hizo entrega del inmueble al Servicio Médico Nacional de Empleados (Sermena) el que construyó el resto de los edificios que se encuentran en el terreno del sanatorio y lo administró hasta que pasó a formar parte del Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente en 1979, año en que se estableció su nuevo destino como centro hospitalario. Con los años, el ex sanatorio fue creciendo hasta convertirse en un complejo asistencial conformado por de tres edificios: la Casa de Salud, Pabellón Central y Pabellón Roosevelt, en la parte alta del pueblo; Hospital de Agudos y Sanatorio Laennec en el plan, alcanzando una dotación de 250 personas y una capacidad total de 220 camas para dar atención de primer nivel a niños y adultos. El 2004 la Casa de Salud fue declarada Monumento Histórico por el gobierno, preservando así para la memoria de la salud pública un legado único e invaluable.

Hospital Carolina Doursther

San José de Maipo, en medio de un bello paraje, se encuentra el ex sanatorio que por estos días cumplió 90 años. En 1919, una mujer llamada Carolina Doursther mandó a construir un centro que fuera capaz de recibir de manera exclusiva a pacientes aquejados por infecciones pulmonares. En aquellos años fue denominada Casa de Salud de Mujeres Carolina Doursther. Entre las características del lugar, destacaba su buena ubicación en plena cordillera y a 1.090 metros de altura. Allí se garantizaba un buen entorno, de aire seco y que constituían la base clínica para brindar un tratamiento a pacientes afectados por esta enfermedad, que en su tiempo fue considerada una pandemia. Según cuentan los libros de la época, Carolina Doursther, construyó la casona en San José de Maipo, con la idea de sobrellevar su propia enfermedad pulmonar y tras percatarse además de la ausencia de recintos de estas características en Chile. Con el tiempo la mujer salió adelante con su dolencia gracias al beneficio que le provocó el clima de aquella zona cordillerana de la Región Metropolitana. Carolina Doursther consignó en su testamento la donación de dicha casa y todo el predio aledaño. Al momento de su muerte fue su hijo, Juan Enrique Tocornal, quien materializó el gesto de la mujer al entregar la elegante casona a la Honorable Junta de Beneficencia de Santiago, en 1911. De esta forma nace el primer sanatorio para tuberculosos, inaugurado el 28 de septiembre de 1919 a cargo del doctor Antonio Vega Macher. La estadía en alguna de sus 35 habitaciones habilitadas, tenía un valor de 15 pesos diarios y los extras se cobraban a precio de costo. Así, por ejemplo, un jugo doble valía setenta centavos. Estos documentos, instrumentales y mobiliario han sido custodiados celosamente por casi un siglo en el Hospital de San José de Maipo y hoy están protegidos mediante un programa de la Unidad de Patrimonio Cultural e Histórico del Ministerio de Salud. En 1944 la Junta de Beneficencia hizo entrega del inmueble al Servicio Médico Nacional de Empleados (Sermena) el que construyó el resto de los edificios que se encuentran en el terreno del sanatorio y lo administró hasta que pasó a formar parte del Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente en 1979, año en que se estableció su nuevo destino como centro hospitalario. Con los años, el ex sanatorio fue creciendo hasta convertirse en un complejo asistencial conformado por de tres edificios: la Casa de Salud, Pabellón Central y Pabellón Roosevelt, en la parte alta del pueblo; Hospital de Agudos y Sanatorio Laennec en el plan, alcanzando una dotación de 250 personas y una capacidad total de 220 camas para dar atención de primer nivel a niños y adultos. El 2004 la Casa de Salud fue declarada Monumento Histórico por el gobierno, preservando así para la memoria de la salud pública un legado único e invaluable.

Hospital Carolina Doursther

San José de Maipo, en medio de un bello paraje, se encuentra el ex sanatorio que por estos días cumplió 90 años. En 1919, una mujer llamada Carolina Doursther mandó a construir un centro que fuera capaz de recibir de manera exclusiva a pacientes aquejados por infecciones pulmonares. En aquellos años fue denominada Casa de Salud de Mujeres Carolina Doursther. Entre las características del lugar, destacaba su buena ubicación en plena cordillera y a 1.090 metros de altura. Allí se garantizaba un buen entorno, de aire seco y que constituían la base clínica para brindar un tratamiento a pacientes afectados por esta enfermedad, que en su tiempo fue considerada una pandemia. Según cuentan los libros de la época, Carolina Doursther, construyó la casona en San José de Maipo, con la idea de sobrellevar su propia enfermedad pulmonar y tras percatarse además de la ausencia de recintos de estas características en Chile. Con el tiempo la mujer salió adelante con su dolencia gracias al beneficio que le provocó el clima de aquella zona cordillerana de la Región Metropolitana. Carolina Doursther consignó en su testamento la donación de dicha casa y todo el predio aledaño. Al momento de su muerte fue su hijo, Juan Enrique Tocornal, quien materializó el gesto de la mujer al entregar la elegante casona a la Honorable Junta de Beneficencia de Santiago, en 1911. De esta forma nace el primer sanatorio para tuberculosos, inaugurado el 28 de septiembre de 1919 a cargo del doctor Antonio Vega Macher. La estadía en alguna de sus 35 habitaciones habilitadas, tenía un valor de 15 pesos diarios y los extras se cobraban a precio de costo. Así, por ejemplo, un jugo doble valía setenta centavos. Estos documentos, instrumentales y mobiliario han sido custodiados celosamente por casi un siglo en el Hospital de San José de Maipo y hoy están protegidos mediante un programa de la Unidad de Patrimonio Cultural e Histórico del Ministerio de Salud. En 1944 la Junta de Beneficencia hizo entrega del inmueble al Servicio Médico Nacional de Empleados (Sermena) el que construyó el resto de los edificios que se encuentran en el terreno del sanatorio y lo administró hasta que pasó a formar parte del Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente en 1979, año en que se estableció su nuevo destino como centro hospitalario. Con los años, el ex sanatorio fue creciendo hasta convertirse en un complejo asistencial conformado por de tres edificios: la Casa de Salud, Pabellón Central y Pabellón Roosevelt, en la parte alta del pueblo; Hospital de Agudos y Sanatorio Laennec en el plan, alcanzando una dotación de 250 personas y una capacidad total de 220 camas para dar atención de primer nivel a niños y adultos. El 2004 la Casa de Salud fue declarada Monumento Histórico por el gobierno, preservando así para la memoria de la salud pública un legado único e invaluable.

Hospital Carolina Doursther

San José de Maipo, en medio de un bello paraje, se encuentra el ex sanatorio que por estos días cumplió 90 años. En 1919, una mujer llamada Carolina Doursther mandó a construir un centro que fuera capaz de recibir de manera exclusiva a pacientes aquejados por infecciones pulmonares. En aquellos años fue denominada Casa de Salud de Mujeres Carolina Doursther. Entre las características del lugar, destacaba su buena ubicación en plena cordillera y a 1.090 metros de altura. Allí se garantizaba un buen entorno, de aire seco y que constituían la base clínica para brindar un tratamiento a pacientes afectados por esta enfermedad, que en su tiempo fue considerada una pandemia. Según cuentan los libros de la época, Carolina Doursther, construyó la casona en San José de Maipo, con la idea de sobrellevar su propia enfermedad pulmonar y tras percatarse además de la ausencia de recintos de estas características en Chile. Con el tiempo la mujer salió adelante con su dolencia gracias al beneficio que le provocó el clima de aquella zona cordillerana de la Región Metropolitana. Carolina Doursther consignó en su testamento la donación de dicha casa y todo el predio aledaño. Al momento de su muerte fue su hijo, Juan Enrique Tocornal, quien materializó el gesto de la mujer al entregar la elegante casona a la Honorable Junta de Beneficencia de Santiago, en 1911. De esta forma nace el primer sanatorio para tuberculosos, inaugurado el 28 de septiembre de 1919 a cargo del doctor Antonio Vega Macher. La estadía en alguna de sus 35 habitaciones habilitadas, tenía un valor de 15 pesos diarios y los extras se cobraban a precio de costo. Así, por ejemplo, un jugo doble valía setenta centavos. Estos documentos, instrumentales y mobiliario han sido custodiados celosamente por casi un siglo en el Hospital de San José de Maipo y hoy están protegidos mediante un programa de la Unidad de Patrimonio Cultural e Histórico del Ministerio de Salud. En 1944 la Junta de Beneficencia hizo entrega del inmueble al Servicio Médico Nacional de Empleados (Sermena) el que construyó el resto de los edificios que se encuentran en el terreno del sanatorio y lo administró hasta que pasó a formar parte del Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente en 1979, año en que se estableció su nuevo destino como centro hospitalario. Con los años, el ex sanatorio fue creciendo hasta convertirse en un complejo asistencial conformado por de tres edificios: la Casa de Salud, Pabellón Central y Pabellón Roosevelt, en la parte alta del pueblo; Hospital de Agudos y Sanatorio Laennec en el plan, alcanzando una dotación de 250 personas y una capacidad total de 220 camas para dar atención de primer nivel a niños y adultos. El 2004 la Casa de Salud fue declarada Monumento Histórico por el gobierno, preservando así para la memoria de la salud pública un legado único e invaluable.

Hospital Carolina Doursther

San José de Maipo, en medio de un bello paraje, se encuentra el ex sanatorio que por estos días cumplió 90 años. En 1919, una mujer llamada Carolina Doursther mandó a construir un centro que fuera capaz de recibir de manera exclusiva a pacientes aquejados por infecciones pulmonares. En aquellos años fue denominada Casa de Salud de Mujeres Carolina Doursther. Entre las características del lugar, destacaba su buena ubicación en plena cordillera y a 1.090 metros de altura. Allí se garantizaba un buen entorno, de aire seco y que constituían la base clínica para brindar un tratamiento a pacientes afectados por esta enfermedad, que en su tiempo fue considerada una pandemia. Según cuentan los libros de la época, Carolina Doursther, construyó la casona en San José de Maipo, con la idea de sobrellevar su propia enfermedad pulmonar y tras percatarse además de la ausencia de recintos de estas características en Chile. Con el tiempo la mujer salió adelante con su dolencia gracias al beneficio que le provocó el clima de aquella zona cordillerana de la Región Metropolitana. Carolina Doursther consignó en su testamento la donación de dicha casa y todo el predio aledaño. Al momento de su muerte fue su hijo, Juan Enrique Tocornal, quien materializó el gesto de la mujer al entregar la elegante casona a la Honorable Junta de Beneficencia de Santiago, en 1911. De esta forma nace el primer sanatorio para tuberculosos, inaugurado el 28 de septiembre de 1919 a cargo del doctor Antonio Vega Macher. La estadía en alguna de sus 35 habitaciones habilitadas, tenía un valor de 15 pesos diarios y los extras se cobraban a precio de costo. Así, por ejemplo, un jugo doble valía setenta centavos. Estos documentos, instrumentales y mobiliario han sido custodiados celosamente por casi un siglo en el Hospital de San José de Maipo y hoy están protegidos mediante un programa de la Unidad de Patrimonio Cultural e Histórico del Ministerio de Salud. En 1944 la Junta de Beneficencia hizo entrega del inmueble al Servicio Médico Nacional de Empleados (Sermena) el que construyó el resto de los edificios que se encuentran en el terreno del sanatorio y lo administró hasta que pasó a formar parte del Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente en 1979, año en que se estableció su nuevo destino como centro hospitalario. Con los años, el ex sanatorio fue creciendo hasta convertirse en un complejo asistencial conformado por de tres edificios: la Casa de Salud, Pabellón Central y Pabellón Roosevelt, en la parte alta del pueblo; Hospital de Agudos y Sanatorio Laennec en el plan, alcanzando una dotación de 250 personas y una capacidad total de 220 camas para dar atención de primer nivel a niños y adultos. El 2004 la Casa de Salud fue declarada Monumento Histórico por el gobierno, preservando así para la memoria de la salud pública un legado único e invaluable.

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San José de Maipo, en medio de un bello paraje, se encuentra el ex sanatorio que por estos días cumplió 90 años. En 1919, una mujer llamada Carolina Doursther mandó a construir un centro que fuera capaz de recibir de manera exclusiva a pacientes aquejados por infecciones pulmonares. En aquellos años fue denominada Casa de Salud de Mujeres Carolina Doursther. Entre las características del lugar, destacaba su buena ubicación en plena cordillera y a 1.090 metros de altura. Allí se garantizaba un buen entorno, de aire seco y que constituían la base clínica para brindar un tratamiento a pacientes afectados por esta enfermedad, que en su tiempo fue considerada una pandemia. Según cuentan los libros de la época, Carolina Doursther, construyó la casona en San José de Maipo, con la idea de sobrellevar su propia enfermedad pulmonar y tras percatarse además de la ausencia de recintos de estas características en Chile. Con el tiempo la mujer salió adelante con su dolencia gracias al beneficio que le provocó el clima de aquella zona cordillerana de la Región Metropolitana. Carolina Doursther consignó en su testamento la donación de dicha casa y todo el predio aledaño. Al momento de su muerte fue su hijo, Juan Enrique Tocornal, quien materializó el gesto de la mujer al entregar la elegante casona a la Honorable Junta de Beneficencia de Santiago, en 1911. De esta forma nace el primer sanatorio para tuberculosos, inaugurado el 28 de septiembre de 1919 a cargo del doctor Antonio Vega Macher. La estadía en alguna de sus 35 habitaciones habilitadas, tenía un valor de 15 pesos diarios y los extras se cobraban a precio de costo. Así, por ejemplo, un jugo doble valía setenta centavos. Estos documentos, instrumentales y mobiliario han sido custodiados celosamente por casi un siglo en el Hospital de San José de Maipo y hoy están protegidos mediante un programa de la Unidad de Patrimonio Cultural e Histórico del Ministerio de Salud. En 1944 la Junta de Beneficencia hizo entrega del inmueble al Servicio Médico Nacional de Empleados (Sermena) el que construyó el resto de los edificios que se encuentran en el terreno del sanatorio y lo administró hasta que pasó a formar parte del Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente en 1979, año en que se estableció su nuevo destino como centro hospitalario. Con los años, el ex sanatorio fue creciendo hasta convertirse en un complejo asistencial conformado por de tres edificios: la Casa de Salud, Pabellón Central y Pabellón Roosevelt, en la parte alta del pueblo; Hospital de Agudos y Sanatorio Laennec en el plan, alcanzando una dotación de 250 personas y una capacidad total de 220 camas para dar atención de primer nivel a niños y adultos. El 2004 la Casa de Salud fue declarada Monumento Histórico por el gobierno, preservando así para la memoria de la salud pública un legado único e invaluable.

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San José de Maipo, en medio de un bello paraje, se encuentra el ex sanatorio que por estos días cumplió 90 años. En 1919, una mujer llamada Carolina Doursther mandó a construir un centro que fuera capaz de recibir de manera exclusiva a pacientes aquejados por infecciones pulmonares. En aquellos años fue denominada Casa de Salud de Mujeres Carolina Doursther. Entre las características del lugar, destacaba su buena ubicación en plena cordillera y a 1.090 metros de altura. Allí se garantizaba un buen entorno, de aire seco y que constituían la base clínica para brindar un tratamiento a pacientes afectados por esta enfermedad, que en su tiempo fue considerada una pandemia. Según cuentan los libros de la época, Carolina Doursther, construyó la casona en San José de Maipo, con la idea de sobrellevar su propia enfermedad pulmonar y tras percatarse además de la ausencia de recintos de estas características en Chile. Con el tiempo la mujer salió adelante con su dolencia gracias al beneficio que le provocó el clima de aquella zona cordillerana de la Región Metropolitana. Carolina Doursther consignó en su testamento la donación de dicha casa y todo el predio aledaño. Al momento de su muerte fue su hijo, Juan Enrique Tocornal, quien materializó el gesto de la mujer al entregar la elegante casona a la Honorable Junta de Beneficencia de Santiago, en 1911. De esta forma nace el primer sanatorio para tuberculosos, inaugurado el 28 de septiembre de 1919 a cargo del doctor Antonio Vega Macher. La estadía en alguna de sus 35 habitaciones habilitadas, tenía un valor de 15 pesos diarios y los extras se cobraban a precio de costo. Así, por ejemplo, un jugo doble valía setenta centavos. Estos documentos, instrumentales y mobiliario han sido custodiados celosamente por casi un siglo en el Hospital de San José de Maipo y hoy están protegidos mediante un programa de la Unidad de Patrimonio Cultural e Histórico del Ministerio de Salud. En 1944 la Junta de Beneficencia hizo entrega del inmueble al Servicio Médico Nacional de Empleados (Sermena) el que construyó el resto de los edificios que se encuentran en el terreno del sanatorio y lo administró hasta que pasó a formar parte del Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente en 1979, año en que se estableció su nuevo destino como centro hospitalario. Con los años, el ex sanatorio fue creciendo hasta convertirse en un complejo asistencial conformado por de tres edificios: la Casa de Salud, Pabellón Central y Pabellón Roosevelt, en la parte alta del pueblo; Hospital de Agudos y Sanatorio Laennec en el plan, alcanzando una dotación de 250 personas y una capacidad total de 220 camas para dar atención de primer nivel a niños y adultos. El 2004 la Casa de Salud fue declarada Monumento Histórico por el gobierno, preservando así para la memoria de la salud pública un legado único e invaluable.

Hospital Carolina Doursther

San José de Maipo, en medio de un bello paraje, se encuentra el ex sanatorio que por estos días cumplió 90 años. En 1919, una mujer llamada Carolina Doursther mandó a construir un centro que fuera capaz de recibir de manera exclusiva a pacientes aquejados por infecciones pulmonares. En aquellos años fue denominada Casa de Salud de Mujeres Carolina Doursther. Entre las características del lugar, destacaba su buena ubicación en plena cordillera y a 1.090 metros de altura. Allí se garantizaba un buen entorno, de aire seco y que constituían la base clínica para brindar un tratamiento a pacientes afectados por esta enfermedad, que en su tiempo fue considerada una pandemia. Según cuentan los libros de la época, Carolina Doursther, construyó la casona en San José de Maipo, con la idea de sobrellevar su propia enfermedad pulmonar y tras percatarse además de la ausencia de recintos de estas características en Chile. Con el tiempo la mujer salió adelante con su dolencia gracias al beneficio que le provocó el clima de aquella zona cordillerana de la Región Metropolitana. Carolina Doursther consignó en su testamento la donación de dicha casa y todo el predio aledaño. Al momento de su muerte fue su hijo, Juan Enrique Tocornal, quien materializó el gesto de la mujer al entregar la elegante casona a la Honorable Junta de Beneficencia de Santiago, en 1911. De esta forma nace el primer sanatorio para tuberculosos, inaugurado el 28 de septiembre de 1919 a cargo del doctor Antonio Vega Macher. La estadía en alguna de sus 35 habitaciones habilitadas, tenía un valor de 15 pesos diarios y los extras se cobraban a precio de costo. Así, por ejemplo, un jugo doble valía setenta centavos. Estos documentos, instrumentales y mobiliario han sido custodiados celosamente por casi un siglo en el Hospital de San José de Maipo y hoy están protegidos mediante un programa de la Unidad de Patrimonio Cultural e Histórico del Ministerio de Salud. En 1944 la Junta de Beneficencia hizo entrega del inmueble al Servicio Médico Nacional de Empleados (Sermena) el que construyó el resto de los edificios que se encuentran en el terreno del sanatorio y lo administró hasta que pasó a formar parte del Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente en 1979, año en que se estableció su nuevo destino como centro hospitalario. Con los años, el ex sanatorio fue creciendo hasta convertirse en un complejo asistencial conformado por de tres edificios: la Casa de Salud, Pabellón Central y Pabellón Roosevelt, en la parte alta del pueblo; Hospital de Agudos y Sanatorio Laennec en el plan, alcanzando una dotación de 250 personas y una capacidad total de 220 camas para dar atención de primer nivel a niños y adultos. El 2004 la Casa de Salud fue declarada Monumento Histórico por el gobierno, preservando así para la memoria de la salud pública un legado único e invaluable.

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San José de Maipo, en medio de un bello paraje, se encuentra el ex sanatorio que por estos días cumplió 90 años. En 1919, una mujer llamada Carolina Doursther mandó a construir un centro que fuera capaz de recibir de manera exclusiva a pacientes aquejados por infecciones pulmonares. En aquellos años fue denominada Casa de Salud de Mujeres Carolina Doursther. Entre las características del lugar, destacaba su buena ubicación en plena cordillera y a 1.090 metros de altura. Allí se garantizaba un buen entorno, de aire seco y que constituían la base clínica para brindar un tratamiento a pacientes afectados por esta enfermedad, que en su tiempo fue considerada una pandemia. Según cuentan los libros de la época, Carolina Doursther, construyó la casona en San José de Maipo, con la idea de sobrellevar su propia enfermedad pulmonar y tras percatarse además de la ausencia de recintos de estas características en Chile. Con el tiempo la mujer salió adelante con su dolencia gracias al beneficio que le provocó el clima de aquella zona cordillerana de la Región Metropolitana. Carolina Doursther consignó en su testamento la donación de dicha casa y todo el predio aledaño. Al momento de su muerte fue su hijo, Juan Enrique Tocornal, quien materializó el gesto de la mujer al entregar la elegante casona a la Honorable Junta de Beneficencia de Santiago, en 1911. De esta forma nace el primer sanatorio para tuberculosos, inaugurado el 28 de septiembre de 1919 a cargo del doctor Antonio Vega Macher. La estadía en alguna de sus 35 habitaciones habilitadas, tenía un valor de 15 pesos diarios y los extras se cobraban a precio de costo. Así, por ejemplo, un jugo doble valía setenta centavos. Estos documentos, instrumentales y mobiliario han sido custodiados celosamente por casi un siglo en el Hospital de San José de Maipo y hoy están protegidos mediante un programa de la Unidad de Patrimonio Cultural e Histórico del Ministerio de Salud. En 1944 la Junta de Beneficencia hizo entrega del inmueble al Servicio Médico Nacional de Empleados (Sermena) el que construyó el resto de los edificios que se encuentran en el terreno del sanatorio y lo administró hasta que pasó a formar parte del Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente en 1979, año en que se estableció su nuevo destino como centro hospitalario. Con los años, el ex sanatorio fue creciendo hasta convertirse en un complejo asistencial conformado por de tres edificios: la Casa de Salud, Pabellón Central y Pabellón Roosevelt, en la parte alta del pueblo; Hospital de Agudos y Sanatorio Laennec en el plan, alcanzando una dotación de 250 personas y una capacidad total de 220 camas para dar atención de primer nivel a niños y adultos. El 2004 la Casa de Salud fue declarada Monumento Histórico por el gobierno, preservando así para la memoria de la salud pública un legado único e invaluable.

Hospital Carolina Doursther

San José de Maipo, en medio de un bello paraje, se encuentra el ex sanatorio que por estos días cumplió 90 años. En 1919, una mujer llamada Carolina Doursther mandó a construir un centro que fuera capaz de recibir de manera exclusiva a pacientes aquejados por infecciones pulmonares. En aquellos años fue denominada Casa de Salud de Mujeres Carolina Doursther. Entre las características del lugar, destacaba su buena ubicación en plena cordillera y a 1.090 metros de altura. Allí se garantizaba un buen entorno, de aire seco y que constituían la base clínica para brindar un tratamiento a pacientes afectados por esta enfermedad, que en su tiempo fue considerada una pandemia. Según cuentan los libros de la época, Carolina Doursther, construyó la casona en San José de Maipo, con la idea de sobrellevar su propia enfermedad pulmonar y tras percatarse además de la ausencia de recintos de estas características en Chile. Con el tiempo la mujer salió adelante con su dolencia gracias al beneficio que le provocó el clima de aquella zona cordillerana de la Región Metropolitana. Carolina Doursther consignó en su testamento la donación de dicha casa y todo el predio aledaño. Al momento de su muerte fue su hijo, Juan Enrique Tocornal, quien materializó el gesto de la mujer al entregar la elegante casona a la Honorable Junta de Beneficencia de Santiago, en 1911. De esta forma nace el primer sanatorio para tuberculosos, inaugurado el 28 de septiembre de 1919 a cargo del doctor Antonio Vega Macher. La estadía en alguna de sus 35 habitaciones habilitadas, tenía un valor de 15 pesos diarios y los extras se cobraban a precio de costo. Así, por ejemplo, un jugo doble valía setenta centavos. Estos documentos, instrumentales y mobiliario han sido custodiados celosamente por casi un siglo en el Hospital de San José de Maipo y hoy están protegidos mediante un programa de la Unidad de Patrimonio Cultural e Histórico del Ministerio de Salud. En 1944 la Junta de Beneficencia hizo entrega del inmueble al Servicio Médico Nacional de Empleados (Sermena) el que construyó el resto de los edificios que se encuentran en el terreno del sanatorio y lo administró hasta que pasó a formar parte del Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente en 1979, año en que se estableció su nuevo destino como centro hospitalario. Con los años, el ex sanatorio fue creciendo hasta convertirse en un complejo asistencial conformado por de tres edificios: la Casa de Salud, Pabellón Central y Pabellón Roosevelt, en la parte alta del pueblo; Hospital de Agudos y Sanatorio Laennec en el plan, alcanzando una dotación de 250 personas y una capacidad total de 220 camas para dar atención de primer nivel a niños y adultos. El 2004 la Casa de Salud fue declarada Monumento Histórico por el gobierno, preservando así para la memoria de la salud pública un legado único e invaluable.

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San José de Maipo, en medio de un bello paraje, se encuentra el ex sanatorio que por estos días cumplió 90 años. En 1919, una mujer llamada Carolina Doursther mandó a construir un centro que fuera capaz de recibir de manera exclusiva a pacientes aquejados por infecciones pulmonares. En aquellos años fue denominada Casa de Salud de Mujeres Carolina Doursther. Entre las características del lugar, destacaba su buena ubicación en plena cordillera y a 1.090 metros de altura. Allí se garantizaba un buen entorno, de aire seco y que constituían la base clínica para brindar un tratamiento a pacientes afectados por esta enfermedad, que en su tiempo fue considerada una pandemia. Según cuentan los libros de la época, Carolina Doursther, construyó la casona en San José de Maipo, con la idea de sobrellevar su propia enfermedad pulmonar y tras percatarse además de la ausencia de recintos de estas características en Chile. Con el tiempo la mujer salió adelante con su dolencia gracias al beneficio que le provocó el clima de aquella zona cordillerana de la Región Metropolitana. Carolina Doursther consignó en su testamento la donación de dicha casa y todo el predio aledaño. Al momento de su muerte fue su hijo, Juan Enrique Tocornal, quien materializó el gesto de la mujer al entregar la elegante casona a la Honorable Junta de Beneficencia de Santiago, en 1911. De esta forma nace el primer sanatorio para tuberculosos, inaugurado el 28 de septiembre de 1919 a cargo del doctor Antonio Vega Macher. La estadía en alguna de sus 35 habitaciones habilitadas, tenía un valor de 15 pesos diarios y los extras se cobraban a precio de costo. Así, por ejemplo, un jugo doble valía setenta centavos. Estos documentos, instrumentales y mobiliario han sido custodiados celosamente por casi un siglo en el Hospital de San José de Maipo y hoy están protegidos mediante un programa de la Unidad de Patrimonio Cultural e Histórico del Ministerio de Salud. En 1944 la Junta de Beneficencia hizo entrega del inmueble al Servicio Médico Nacional de Empleados (Sermena) el que construyó el resto de los edificios que se encuentran en el terreno del sanatorio y lo administró hasta que pasó a formar parte del Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente en 1979, año en que se estableció su nuevo destino como centro hospitalario. Con los años, el ex sanatorio fue creciendo hasta convertirse en un complejo asistencial conformado por de tres edificios: la Casa de Salud, Pabellón Central y Pabellón Roosevelt, en la parte alta del pueblo; Hospital de Agudos y Sanatorio Laennec en el plan, alcanzando una dotación de 250 personas y una capacidad total de 220 camas para dar atención de primer nivel a niños y adultos. El 2004 la Casa de Salud fue declarada Monumento Histórico por el gobierno, preservando así para la memoria de la salud pública un legado único e invaluable.

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San José de Maipo, en medio de un bello paraje, se encuentra el ex sanatorio que por estos días cumplió 90 años. En 1919, una mujer llamada Carolina Doursther mandó a construir un centro que fuera capaz de recibir de manera exclusiva a pacientes aquejados por infecciones pulmonares. En aquellos años fue denominada Casa de Salud de Mujeres Carolina Doursther. Entre las características del lugar, destacaba su buena ubicación en plena cordillera y a 1.090 metros de altura. Allí se garantizaba un buen entorno, de aire seco y que constituían la base clínica para brindar un tratamiento a pacientes afectados por esta enfermedad, que en su tiempo fue considerada una pandemia. Según cuentan los libros de la época, Carolina Doursther, construyó la casona en San José de Maipo, con la idea de sobrellevar su propia enfermedad pulmonar y tras percatarse además de la ausencia de recintos de estas características en Chile. Con el tiempo la mujer salió adelante con su dolencia gracias al beneficio que le provocó el clima de aquella zona cordillerana de la Región Metropolitana. Carolina Doursther consignó en su testamento la donación de dicha casa y todo el predio aledaño. Al momento de su muerte fue su hijo, Juan Enrique Tocornal, quien materializó el gesto de la mujer al entregar la elegante casona a la Honorable Junta de Beneficencia de Santiago, en 1911. De esta forma nace el primer sanatorio para tuberculosos, inaugurado el 28 de septiembre de 1919 a cargo del doctor Antonio Vega Macher. La estadía en alguna de sus 35 habitaciones habilitadas, tenía un valor de 15 pesos diarios y los extras se cobraban a precio de costo. Así, por ejemplo, un jugo doble valía setenta centavos. Estos documentos, instrumentales y mobiliario han sido custodiados celosamente por casi un siglo en el Hospital de San José de Maipo y hoy están protegidos mediante un programa de la Unidad de Patrimonio Cultural e Histórico del Ministerio de Salud. En 1944 la Junta de Beneficencia hizo entrega del inmueble al Servicio Médico Nacional de Empleados (Sermena) el que construyó el resto de los edificios que se encuentran en el terreno del sanatorio y lo administró hasta que pasó a formar parte del Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente en 1979, año en que se estableció su nuevo destino como centro hospitalario. Con los años, el ex sanatorio fue creciendo hasta convertirse en un complejo asistencial conformado por de tres edificios: la Casa de Salud, Pabellón Central y Pabellón Roosevelt, en la parte alta del pueblo; Hospital de Agudos y Sanatorio Laennec en el plan, alcanzando una dotación de 250 personas y una capacidad total de 220 camas para dar atención de primer nivel a niños y adultos. El 2004 la Casa de Salud fue declarada Monumento Histórico por el gobierno, preservando así para la memoria de la salud pública un legado único e invaluable.

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San José de Maipo, en medio de un bello paraje, se encuentra el ex sanatorio que por estos días cumplió 90 años. En 1919, una mujer llamada Carolina Doursther mandó a construir un centro que fuera capaz de recibir de manera exclusiva a pacientes aquejados por infecciones pulmonares. En aquellos años fue denominada Casa de Salud de Mujeres Carolina Doursther. Entre las características del lugar, destacaba su buena ubicación en plena cordillera y a 1.090 metros de altura. Allí se garantizaba un buen entorno, de aire seco y que constituían la base clínica para brindar un tratamiento a pacientes afectados por esta enfermedad, que en su tiempo fue considerada una pandemia. Según cuentan los libros de la época, Carolina Doursther, construyó la casona en San José de Maipo, con la idea de sobrellevar su propia enfermedad pulmonar y tras percatarse además de la ausencia de recintos de estas características en Chile. Con el tiempo la mujer salió adelante con su dolencia gracias al beneficio que le provocó el clima de aquella zona cordillerana de la Región Metropolitana. Carolina Doursther consignó en su testamento la donación de dicha casa y todo el predio aledaño. Al momento de su muerte fue su hijo, Juan Enrique Tocornal, quien materializó el gesto de la mujer al entregar la elegante casona a la Honorable Junta de Beneficencia de Santiago, en 1911. De esta forma nace el primer sanatorio para tuberculosos, inaugurado el 28 de septiembre de 1919 a cargo del doctor Antonio Vega Macher. La estadía en alguna de sus 35 habitaciones habilitadas, tenía un valor de 15 pesos diarios y los extras se cobraban a precio de costo. Así, por ejemplo, un jugo doble valía setenta centavos. Estos documentos, instrumentales y mobiliario han sido custodiados celosamente por casi un siglo en el Hospital de San José de Maipo y hoy están protegidos mediante un programa de la Unidad de Patrimonio Cultural e Histórico del Ministerio de Salud. En 1944 la Junta de Beneficencia hizo entrega del inmueble al Servicio Médico Nacional de Empleados (Sermena) el que construyó el resto de los edificios que se encuentran en el terreno del sanatorio y lo administró hasta que pasó a formar parte del Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente en 1979, año en que se estableció su nuevo destino como centro hospitalario. Con los años, el ex sanatorio fue creciendo hasta convertirse en un complejo asistencial conformado por de tres edificios: la Casa de Salud, Pabellón Central y Pabellón Roosevelt, en la parte alta del pueblo; Hospital de Agudos y Sanatorio Laennec en el plan, alcanzando una dotación de 250 personas y una capacidad total de 220 camas para dar atención de primer nivel a niños y adultos. El 2004 la Casa de Salud fue declarada Monumento Histórico por el gobierno, preservando así para la memoria de la salud pública un legado único e invaluable.

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San José de Maipo, en medio de un bello paraje, se encuentra el ex sanatorio que por estos días cumplió 90 años. En 1919, una mujer llamada Carolina Doursther mandó a construir un centro que fuera capaz de recibir de manera exclusiva a pacientes aquejados por infecciones pulmonares. En aquellos años fue denominada Casa de Salud de Mujeres Carolina Doursther. Entre las características del lugar, destacaba su buena ubicación en plena cordillera y a 1.090 metros de altura. Allí se garantizaba un buen entorno, de aire seco y que constituían la base clínica para brindar un tratamiento a pacientes afectados por esta enfermedad, que en su tiempo fue considerada una pandemia. Según cuentan los libros de la época, Carolina Doursther, construyó la casona en San José de Maipo, con la idea de sobrellevar su propia enfermedad pulmonar y tras percatarse además de la ausencia de recintos de estas características en Chile. Con el tiempo la mujer salió adelante con su dolencia gracias al beneficio que le provocó el clima de aquella zona cordillerana de la Región Metropolitana. Carolina Doursther consignó en su testamento la donación de dicha casa y todo el predio aledaño. Al momento de su muerte fue su hijo, Juan Enrique Tocornal, quien materializó el gesto de la mujer al entregar la elegante casona a la Honorable Junta de Beneficencia de Santiago, en 1911. De esta forma nace el primer sanatorio para tuberculosos, inaugurado el 28 de septiembre de 1919 a cargo del doctor Antonio Vega Macher. La estadía en alguna de sus 35 habitaciones habilitadas, tenía un valor de 15 pesos diarios y los extras se cobraban a precio de costo. Así, por ejemplo, un jugo doble valía setenta centavos. Estos documentos, instrumentales y mobiliario han sido custodiados celosamente por casi un siglo en el Hospital de San José de Maipo y hoy están protegidos mediante un programa de la Unidad de Patrimonio Cultural e Histórico del Ministerio de Salud. En 1944 la Junta de Beneficencia hizo entrega del inmueble al Servicio Médico Nacional de Empleados (Sermena) el que construyó el resto de los edificios que se encuentran en el terreno del sanatorio y lo administró hasta que pasó a formar parte del Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente en 1979, año en que se estableció su nuevo destino como centro hospitalario. Con los años, el ex sanatorio fue creciendo hasta convertirse en un complejo asistencial conformado por de tres edificios: la Casa de Salud, Pabellón Central y Pabellón Roosevelt, en la parte alta del pueblo; Hospital de Agudos y Sanatorio Laennec en el plan, alcanzando una dotación de 250 personas y una capacidad total de 220 camas para dar atención de primer nivel a niños y adultos. El 2004 la Casa de Salud fue declarada Monumento Histórico por el gobierno, preservando así para la memoria de la salud pública un legado único e invaluable.

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San José de Maipo, en medio de un bello paraje, se encuentra el ex sanatorio que por estos días cumplió 90 años. En 1919, una mujer llamada Carolina Doursther mandó a construir un centro que fuera capaz de recibir de manera exclusiva a pacientes aquejados por infecciones pulmonares. En aquellos años fue denominada Casa de Salud de Mujeres Carolina Doursther. Entre las características del lugar, destacaba su buena ubicación en plena cordillera y a 1.090 metros de altura. Allí se garantizaba un buen entorno, de aire seco y que constituían la base clínica para brindar un tratamiento a pacientes afectados por esta enfermedad, que en su tiempo fue considerada una pandemia. Según cuentan los libros de la época, Carolina Doursther, construyó la casona en San José de Maipo, con la idea de sobrellevar su propia enfermedad pulmonar y tras percatarse además de la ausencia de recintos de estas características en Chile. Con el tiempo la mujer salió adelante con su dolencia gracias al beneficio que le provocó el clima de aquella zona cordillerana de la Región Metropolitana. Carolina Doursther consignó en su testamento la donación de dicha casa y todo el predio aledaño. Al momento de su muerte fue su hijo, Juan Enrique Tocornal, quien materializó el gesto de la mujer al entregar la elegante casona a la Honorable Junta de Beneficencia de Santiago, en 1911. De esta forma nace el primer sanatorio para tuberculosos, inaugurado el 28 de septiembre de 1919 a cargo del doctor Antonio Vega Macher. La estadía en alguna de sus 35 habitaciones habilitadas, tenía un valor de 15 pesos diarios y los extras se cobraban a precio de costo. Así, por ejemplo, un jugo doble valía setenta centavos. Estos documentos, instrumentales y mobiliario han sido custodiados celosamente por casi un siglo en el Hospital de San José de Maipo y hoy están protegidos mediante un programa de la Unidad de Patrimonio Cultural e Histórico del Ministerio de Salud. En 1944 la Junta de Beneficencia hizo entrega del inmueble al Servicio Médico Nacional de Empleados (Sermena) el que construyó el resto de los edificios que se encuentran en el terreno del sanatorio y lo administró hasta que pasó a formar parte del Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente en 1979, año en que se estableció su nuevo destino como centro hospitalario. Con los años, el ex sanatorio fue creciendo hasta convertirse en un complejo asistencial conformado por de tres edificios: la Casa de Salud, Pabellón Central y Pabellón Roosevelt, en la parte alta del pueblo; Hospital de Agudos y Sanatorio Laennec en el plan, alcanzando una dotación de 250 personas y una capacidad total de 220 camas para dar atención de primer nivel a niños y adultos. El 2004 la Casa de Salud fue declarada Monumento Histórico por el gobierno, preservando así para la memoria de la salud pública un legado único e invaluable.

Hospital Carolina Doursther

San José de Maipo, en medio de un bello paraje, se encuentra el ex sanatorio que por estos días cumplió 90 años. En 1919, una mujer llamada Carolina Doursther mandó a construir un centro que fuera capaz de recibir de manera exclusiva a pacientes aquejados por infecciones pulmonares. En aquellos años fue denominada Casa de Salud de Mujeres Carolina Doursther. Entre las características del lugar, destacaba su buena ubicación en plena cordillera y a 1.090 metros de altura. Allí se garantizaba un buen entorno, de aire seco y que constituían la base clínica para brindar un tratamiento a pacientes afectados por esta enfermedad, que en su tiempo fue considerada una pandemia. Según cuentan los libros de la época, Carolina Doursther, construyó la casona en San José de Maipo, con la idea de sobrellevar su propia enfermedad pulmonar y tras percatarse además de la ausencia de recintos de estas características en Chile. Con el tiempo la mujer salió adelante con su dolencia gracias al beneficio que le provocó el clima de aquella zona cordillerana de la Región Metropolitana. Carolina Doursther consignó en su testamento la donación de dicha casa y todo el predio aledaño. Al momento de su muerte fue su hijo, Juan Enrique Tocornal, quien materializó el gesto de la mujer al entregar la elegante casona a la Honorable Junta de Beneficencia de Santiago, en 1911. De esta forma nace el primer sanatorio para tuberculosos, inaugurado el 28 de septiembre de 1919 a cargo del doctor Antonio Vega Macher. La estadía en alguna de sus 35 habitaciones habilitadas, tenía un valor de 15 pesos diarios y los extras se cobraban a precio de costo. Así, por ejemplo, un jugo doble valía setenta centavos. Estos documentos, instrumentales y mobiliario han sido custodiados celosamente por casi un siglo en el Hospital de San José de Maipo y hoy están protegidos mediante un programa de la Unidad de Patrimonio Cultural e Histórico del Ministerio de Salud. En 1944 la Junta de Beneficencia hizo entrega del inmueble al Servicio Médico Nacional de Empleados (Sermena) el que construyó el resto de los edificios que se encuentran en el terreno del sanatorio y lo administró hasta que pasó a formar parte del Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente en 1979, año en que se estableció su nuevo destino como centro hospitalario. Con los años, el ex sanatorio fue creciendo hasta convertirse en un complejo asistencial conformado por de tres edificios: la Casa de Salud, Pabellón Central y Pabellón Roosevelt, en la parte alta del pueblo; Hospital de Agudos y Sanatorio Laennec en el plan, alcanzando una dotación de 250 personas y una capacidad total de 220 camas para dar atención de primer nivel a niños y adultos. El 2004 la Casa de Salud fue declarada Monumento Histórico por el gobierno, preservando así para la memoria de la salud pública un legado único e invaluable.

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San José de Maipo, en medio de un bello paraje, se encuentra el ex sanatorio que por estos días cumplió 90 años. En 1919, una mujer llamada Carolina Doursther mandó a construir un centro que fuera capaz de recibir de manera exclusiva a pacientes aquejados por infecciones pulmonares. En aquellos años fue denominada Casa de Salud de Mujeres Carolina Doursther. Entre las características del lugar, destacaba su buena ubicación en plena cordillera y a 1.090 metros de altura. Allí se garantizaba un buen entorno, de aire seco y que constituían la base clínica para brindar un tratamiento a pacientes afectados por esta enfermedad, que en su tiempo fue considerada una pandemia. Según cuentan los libros de la época, Carolina Doursther, construyó la casona en San José de Maipo, con la idea de sobrellevar su propia enfermedad pulmonar y tras percatarse además de la ausencia de recintos de estas características en Chile. Con el tiempo la mujer salió adelante con su dolencia gracias al beneficio que le provocó el clima de aquella zona cordillerana de la Región Metropolitana. Carolina Doursther consignó en su testamento la donación de dicha casa y todo el predio aledaño. Al momento de su muerte fue su hijo, Juan Enrique Tocornal, quien materializó el gesto de la mujer al entregar la elegante casona a la Honorable Junta de Beneficencia de Santiago, en 1911. De esta forma nace el primer sanatorio para tuberculosos, inaugurado el 28 de septiembre de 1919 a cargo del doctor Antonio Vega Macher. La estadía en alguna de sus 35 habitaciones habilitadas, tenía un valor de 15 pesos diarios y los extras se cobraban a precio de costo. Así, por ejemplo, un jugo doble valía setenta centavos. Estos documentos, instrumentales y mobiliario han sido custodiados celosamente por casi un siglo en el Hospital de San José de Maipo y hoy están protegidos mediante un programa de la Unidad de Patrimonio Cultural e Histórico del Ministerio de Salud. En 1944 la Junta de Beneficencia hizo entrega del inmueble al Servicio Médico Nacional de Empleados (Sermena) el que construyó el resto de los edificios que se encuentran en el terreno del sanatorio y lo administró hasta que pasó a formar parte del Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente en 1979, año en que se estableció su nuevo destino como centro hospitalario. Con los años, el ex sanatorio fue creciendo hasta convertirse en un complejo asistencial conformado por de tres edificios: la Casa de Salud, Pabellón Central y Pabellón Roosevelt, en la parte alta del pueblo; Hospital de Agudos y Sanatorio Laennec en el plan, alcanzando una dotación de 250 personas y una capacidad total de 220 camas para dar atención de primer nivel a niños y adultos. El 2004 la Casa de Salud fue declarada Monumento Histórico por el gobierno, preservando así para la memoria de la salud pública un legado único e invaluable.

"Escrito fuente LA NACIÓN"

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San José de Maipo, en medio de un bello paraje, se encuentra el ex sanatorio que por estos días cumplió 90 años. En 1919, una mujer llamada Carolina Doursther mandó a construir un centro que fuera capaz de recibir de manera exclusiva a pacientes aquejados por infecciones pulmonares. En aquellos años fue denominada Casa de Salud de Mujeres Carolina Doursther. Entre las características del lugar, destacaba su buena ubicación en plena cordillera y a 1.090 metros de altura. Allí se garantizaba un buen entorno, de aire seco y que constituían la base clínica para brindar un tratamiento a pacientes afectados por esta enfermedad, que en su tiempo fue considerada una pandemia. Según cuentan los libros de la época, Carolina Doursther, construyó la casona en San José de Maipo, con la idea de sobrellevar su propia enfermedad pulmonar y tras percatarse además de la ausencia de recintos de estas características en Chile. Con el tiempo la mujer salió adelante con su dolencia gracias al beneficio que le provocó el clima de aquella zona cordillerana de la Región Metropolitana. Carolina Doursther consignó en su testamento la donación de dicha casa y todo el predio aledaño. Al momento de su muerte fue su hijo, Juan Enrique Tocornal, quien materializó el gesto de la mujer al entregar la elegante casona a la Honorable Junta de Beneficencia de Santiago, en 1911. De esta forma nace el primer sanatorio para tuberculosos, inaugurado el 28 de septiembre de 1919 a cargo del doctor Antonio Vega Macher. La estadía en alguna de sus 35 habitaciones habilitadas, tenía un valor de 15 pesos diarios y los extras se cobraban a precio de costo. Así, por ejemplo, un jugo doble valía setenta centavos. Estos documentos, instrumentales y mobiliario han sido custodiados celosamente por casi un siglo en el Hospital de San José de Maipo y hoy están protegidos mediante un programa de la Unidad de Patrimonio Cultural e Histórico del Ministerio de Salud. En 1944 la Junta de Beneficencia hizo entrega del inmueble al Servicio Médico Nacional de Empleados (Sermena) el que construyó el resto de los edificios que se encuentran en el terreno del sanatorio y lo administró hasta que pasó a formar parte del Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente en 1979, año en que se estableció su nuevo destino como centro hospitalario. Con los años, el ex sanatorio fue creciendo hasta convertirse en un complejo asistencial conformado por de tres edificios: la Casa de Salud, Pabellón Central y Pabellón Roosevelt, en la parte alta del pueblo; Hospital de Agudos y Sanatorio Laennec en el plan, alcanzando una dotación de 250 personas y una capacidad total de 220 camas para dar atención de primer nivel a niños y adultos. El 2004 la Casa de Salud fue declarada Monumento Histórico por el gobierno, preservando así para la memoria de la salud pública un legado único e invaluable.

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n San José de Maipo, en medio de un bello paraje, se encuentra el ex sanatorio que por estos días cumplió 90 años. En 1919, una mujer llamada Carolina Doursther mandó a construir un centro que fuera capaz de recibir de manera exclusiva a pacientes aquejados por infecciones pulmonares. En aquellos años fue denominada Casa de Salud de Mujeres Carolina Doursther. Entre las características del lugar, destacaba su buena ubicación en plena cordillera y a 1.090 metros de altura. Allí se garantizaba un buen entorno, de aire seco y que constituían la base clínica para brindar un tratamiento a pacientes afectados por esta enfermedad, que en su tiempo fue considerada una pandemia. Según cuentan los libros de la época, Carolina Doursther, construyó la casona en San José de Maipo, con la idea de sobrellevar su propia enfermedad pulmonar y tras percatarse además de la ausencia de recintos de estas características en Chile. Con el tiempo la mujer salió adelante con su dolencia gracias al beneficio que le provocó el clima de aquella zona cordillerana de la Región Metropolitana. Carolina Doursther consignó en su testamento la donación de dicha casa y todo el predio aledaño. Al momento de su muerte fue su hijo, Juan Enrique Tocornal, quien materializó el gesto de la mujer al entregar la elegante casona a la Honorable Junta de Beneficencia de Santiago, en 1911. De esta forma nace el primer sanatorio para tuberculosos, inaugurado el 28 de septiembre de 1919 a cargo del doctor Antonio Vega Macher. La estadía en alguna de sus 35 habitaciones habilitadas, tenía un valor de 15 pesos diarios y los extras se cobraban a precio de costo. Así, por ejemplo, un jugo doble valía setenta centavos. Estos documentos, instrumentales y mobiliario han sido custodiados celosamente por casi un siglo en el Hospital de San José de Maipo y hoy están protegidos mediante un programa de la Unidad de Patrimonio Cultural e Histórico del Ministerio de Salud. En 1944 la Junta de Beneficencia hizo entrega del inmueble al Servicio Médico Nacional de Empleados (Sermena) el que construyó el resto de los edificios que se encuentran en el terreno del sanatorio y lo administró hasta que pasó a formar parte del Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente en 1979, año en que se estableció su nuevo destino como centro hospitalario. Con los años, el ex sanatorio fue creciendo hasta convertirse en un complejo asistencial conformado por de tres edificios: la Casa de Salud, Pabellón Central y Pabellón Roosevelt, en la parte alta del pueblo; Hospital de Agudos y Sanatorio Laennec en el plan, alcanzando una dotación de 250 personas y una capacidad total de 220 camas para dar atención de primer nivel a niños y adultos. El 2004 la Casa de Salud fue declarada Monumento Histórico por el gobierno, preservando así para la memoria de la salud pública un legado único e invaluable.

"Escrito fuente LA NACIÓN"

Hospital Carolina Doursther

n San José de Maipo, en medio de un bello paraje, se encuentra el ex sanatorio que por estos días cumplió 90 años. En 1919, una mujer llamada Carolina Doursther mandó a construir un centro que fuera capaz de recibir de manera exclusiva a pacientes aquejados por infecciones pulmonares. En aquellos años fue denominada Casa de Salud de Mujeres Carolina Doursther. Entre las características del lugar, destacaba su buena ubicación en plena cordillera y a 1.090 metros de altura. Allí se garantizaba un buen entorno, de aire seco y que constituían la base clínica para brindar un tratamiento a pacientes afectados por esta enfermedad, que en su tiempo fue considerada una pandemia. Según cuentan los libros de la época, Carolina Doursther, construyó la casona en San José de Maipo, con la idea de sobrellevar su propia enfermedad pulmonar y tras percatarse además de la ausencia de recintos de estas características en Chile. Con el tiempo la mujer salió adelante con su dolencia gracias al beneficio que le provocó el clima de aquella zona cordillerana de la Región Metropolitana. Carolina Doursther consignó en su testamento la donación de dicha casa y todo el predio aledaño. Al momento de su muerte fue su hijo, Juan Enrique Tocornal, quien materializó el gesto de la mujer al entregar la elegante casona a la Honorable Junta de Beneficencia de Santiago, en 1911. De esta forma nace el primer sanatorio para tuberculosos, inaugurado el 28 de septiembre de 1919 a cargo del doctor Antonio Vega Macher. La estadía en alguna de sus 35 habitaciones habilitadas, tenía un valor de 15 pesos diarios y los extras se cobraban a precio de costo. Así, por ejemplo, un jugo doble valía setenta centavos. Estos documentos, instrumentales y mobiliario han sido custodiados celosamente por casi un siglo en el Hospital de San José de Maipo y hoy están protegidos mediante un programa de la Unidad de Patrimonio Cultural e Histórico del Ministerio de Salud. En 1944 la Junta de Beneficencia hizo entrega del inmueble al Servicio Médico Nacional de Empleados (Sermena) el que construyó el resto de los edificios que se encuentran en el terreno del sanatorio y lo administró hasta que pasó a formar parte del Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente en 1979, año en que se estableció su nuevo destino como centro hospitalario. Con los años, el ex sanatorio fue creciendo hasta convertirse en un complejo asistencial conformado por de tres edificios: la Casa de Salud, Pabellón Central y Pabellón Roosevelt, en la parte alta del pueblo; Hospital de Agudos y Sanatorio Laennec en el plan, alcanzando una dotación de 250 personas y una capacidad total de 220 camas para dar atención de primer nivel a niños y adultos. El 2004 la Casa de Salud fue declarada Monumento Histórico por el gobierno, preservando así para la memoria de la salud pública un legado único e invaluable.

"Escrito fuente LA NACIÓN"

sábado, 16 de febrero de 2013

Nueva integrante de la familia "krishna"

https://www.facebook.com/AlejandroBonillaFotografo

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Santiago de Chile